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martes, septiembre 25, 2012

cuatro en Barcelona, hoy

LOS SECRETOS DE LA FIL: ESCRITORES LATINOAMERICANOS EMERGENTES Los secretos de la FIL: escritores latinoamericanos emergentes.

Los escritores Fernanda García Lao (Argentina), Emiliano Monge (México), Javier Mosquera (Guatemala) y Daniela Tarazona (México) presentan sus propuestas literarias y conversan sobre los nuevos horizontes de las letras latinoamericanas. Estos cuatro escritores forman parte del proyecto denominado Los 25 secretos mejor guardados de América Latina. Se trata de una iniciativa de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, México –el mayor acontecimiento editorial en los países iberoamericanos– que engloba a los 25 autores latinoamericanos de mayor proyección internacional por la calidad y solidez de su obra.
Modera el acto Juan Antonio Montiel (México), editor, traductor y profesor de literatura y filosofía.
Imagen: FIL/Bernardo de Niz Actividad organizada con la colaboración del Consulado General de México en Barcelona y la FIL.
Día / Hora: 25/09/2012, 20:00 H Lugar: Casa America Catalunya C/CÒRSEGA 299, ENTRESUELO. 08008 BARCELONA

domingo, agosto 05, 2012

LOS SECRETOS DE LA FIL: ESCRITORES LATINOAMERICANOS EMERGENTES

CASA AMERICA CATALUNYA

Los escritores Fernanda García Lao (Argentina), Emiliano Monge (México), Javier Mosquera (Guatemala) y Daniela Tarazona (México) presentan sus propuestas literarias y conversan sobre los nuevos horizontes de las letras latinoamericanas.
Los escritores Fernanda García Lao (Argentina), Emiliano Monge (México), Javier Mosquera (Guatemala) y Daniela Tarazona (México) presentan sus propuestas literarias y conversan sobre los nuevos horizontes de las letras latinoamericanas.

Estos cuatro escritores forman parte del proyecto denominado Los 25 secretos mejor guardados de América Latina. Se trata de una iniciativa de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, México –el mayor acontecimiento editorial en los países iberoamericanos– que engloba a los 25 autores latinoamericanos de mayor proyección internacional por la calidad y solidez de su obra.

Actividad organizada con la colaboración del Consulado General de México en Barcelona.

Día / Hora:
25/09/2012, 20:00 H
Lugar:
Casa America Catalunya
C/CÒRSEGA 299, ENTRESUELO. 08008 BARCELONA

Para leer la nota en la página de Casa de América de Catalunya, click en el título.

viernes, diciembre 02, 2011

los secretos argentinos

CULTURA Y ESPECTACULOS
PAGINA 12
Viernes 2 de diciembre

Literatura
Charla de Fernanda García Lao, Fabián Casas y Hernán Ronsino
“Argentina y sus jóvenes autores: textura de palabras” fue el nombre de la mesa de la FIL moderada por Gabriela Cabezón Cámara. Los tres escritores, muy distintos entre sí, coincidieron en que son “la punta pequeña” de la producción literaria del país.

 Por Silvina Friera
Desde Guadalajara

Los “secretos” argentinos y latinoamericanos circulan de actividad en actividad en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Como si no fuera suficiente tanto trajín, andan también de fiesta en fiesta por las noches tapatías. La dicha colectiva ensancha sonrisas, pero no puede mantener a raya la expansión ilimitada de las ojeras de escritores y editores que participan en esta 25ª edición. Primeras lecturas de literatura argentina, sensaciones y recuerdos que se tejen y destejen, que vuelven una y otra vez. Fernanda García Lao se reconoce en el espejo de los delirantes y dislocados, y su escritura es tan física que “se puede tocar”. Fabián Casas remonta la cuesta de su falta de imaginación, destripando siempre el mismo juguete que le permite “drenar historias”. Hernán Ronsino explora la “lengua argentina” y propicia un trabajo artesanal con las palabras. Los tres saben que son apenas “la punta pequeña” de una proliferación de voces. De todo esto y mucho más hablaron en la mesa “Argentina y sus jóvenes autores: textura de palabras” –organizada por la Embajada Argentina en México y la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería argentina–, moderada por la escritora y periodista Gabriela Cabezón Cámara.

En la casa de García Lao leían con devoción la novela Zama, de Antonio di Benedetto. Cuando se exilió en España junto con su familia, la escritora se identificó con Eva Perón, de Copi, como una “figura extraña y fuera de lugar”. Casas viajaba en el subte de la línea E con Rayuela, de Julio Cortázar, en la mano y pensaba: “Si llego a entender este libro, voy a ser un genio”. Y confesó que lloró con Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sabato, como su madre lloraba con la telenovela Muchacha italiana viene a casarse. El primer libro que compró Ronsino fue Final de juego, de Cortázar, después de haber visto el documental de Tristán Bauer sobre el escritor. El impacto fue tan fuerte que hasta cambió de carrera: Ciencias Económicas por Sociología. La tradición literaria siempre es una obra en construcción; cada uno se sirve de los materiales más afines a sus inquietudes. La autora de Muerta de hambre es una pariente de los delirantes, perdidos y dislocados. Uno de sus “tríos” capitales, esos que la llevan a “perderse”, está conformado por Copi, Juan Filloy y Witold Gombrowicz.

“Cuando uno lee, se alimenta de muchas tradiciones”, señaló Ronsino, que prefiere trabajar con la exploración de la “lengua argentina” en la línea de Conti, Rodolfo Walsh, Juan José Saer y Manuel Puig. “Me interesa mucho la relación con la historia, de qué modo la historia modela la lengua y cómo los imaginarios afectan la historia. La literatura no cambia la historia, pero deja huellas y funda tradiciones”, subrayó el autor de La descomposición. Casas, en cambio, comentó que cuando leía a sus contemporáneos –Daniel Durand, Daniel Rojo, Sergio Raimondi y Laura Wittner– sentía que estaba leyendo a los clásicos. Y ponderó el valor que tienen para él las “cosas mestizas”. “Uno agradece haber nacido en la lengua de (Ricardo) Zelarayán”, agregó el autor de Los Leemings.

“Soy fiel a mi propio imaginario, me gusta trabajar con el lenguaje como si fuera un cuerpo, pero sin repetir la coreografía lingüística y espacial”, aseguró García Lao. “Mi escritura es muy física, creo que se puede tocar.” Casas apeló a sus consabidos bocadillos. “Si tuviera imaginación, hubiera escrito Harry Potter y me habría hecho millonario. Yo trabajo con una sola cosita, con un solo juguete que dreno en historias. Mi escritura parte de una idea de imposibilidad.” En las cuerdas de las similitudes, Ronsino reconoció que al optar por un tipo de escritura fragmentaria se comunica con parte de la propuesta estética de García Lao. El interés por un espacio geográfico delimitado lo une a Casas. Mientras Ronsino coloca a sus criaturas en un pueblo pampeano –Chivilcoy o su periferia–, el autor de Ocio bucea por las calles del barrio de Boedo.

Todo recorte literario o lista de escritores es caprichoso. “Somos bien distintos, reflejamos visiones distintas de la literatura; pero afortunadamente hay muchas líneas narrativas y estilos diferentes –planteó García Lao–. Lo que más me interesa es que nos estamos leyendo; que a partir de la crisis capital de 2001, la literatura argentina ha crecido de la mano de editoriales pequeñas y a riesgo de que no te lean y que a nadie le importe. La escasez de lectores me fortifica.” Los tres son apenas “una punta pequeña” de lo que se está produciendo en la Argentina. “En nuestro país, a los escritores no les da bola nadie; no ocupan un lugar, y eso es como una bendición porque hace que estés preocupado sólo por escribir”, opinó el autor de Tuca. En desacuerdo con esta concepción de “no lugar”, Ronsino afirmó que el escritor sí ocupa un lugar. Después de la crisis de 2001, una generación de autores construyó espacios de lectura, revistas artesanales y pequeñas editoriales. “En diez años los escritores encontraron un lugar y fueron construyendo espacios de encuentros, más allá de la diversidad de estéticas”, ponderó Ronsino. Casas aclaró que cuando dice que los escritores no ocupan ningún lugar lo postula en términos de que ya no existen “escritores faros”.

Cabezón Cámara preguntó si había algún mexicano en la sala. Quería saber si los autores y autoras mexicanos tienen tanta libertad para escribir. Una mujer mexicana le respondió: “No podemos escribir lo que se nos da la gana; hay temor a decir lo que está sucediendo. Hay tantas voces y tanto ruido que no sabés a quién puedes leer”. García Lao aportó su mirada: “En la Argentina partimos de la base de que nadie es sensato. Nadie espera nada de nosotros. No sé si hay un discurso confiable o una voz a seguir, y ahí está ese permiso de ser lo que tengas ganas de ser. Lo que pasó es que se multiplicaron las visiones, y son todas válidas y son todas inválidas a la vez, y uno elige qué leer y qué escribir”. Ronsino afirmó que la literatura es “un espacio de resistencia para recuperar y transmitir experiencias”. La autora de La piel dura advirtió que “uno tiene que ganarse a cada lector casi como a un amante esquivo”, entonces la literatura queda “como una especie de prehistoria, como si desarrollar un discurso fuera algo fuera de época”. Ronsino propone el trabajo artesanal con las palabras, “tomarse el tiempo que sea para escribir un libro”. Casas postula que la escritura “siempre está puesta en estado de pregunta”. El epílogo de la charla se escribió con una feliz coincidencia: “Lo propio de la literatura es el tiempo lento”.

miércoles, noviembre 30, 2011

“Qué horrible, nos parecemos demasiado”



Martes, 29 de noviembre de 2011

LITERATURA › FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE GUADALAJARA

Lo dijo Enrique Planas (Perú), un poco en broma. La expo está presentando, en tandas, los “25 secretos mejor guardados de América latina”. Estuvieron, además García Lao (Argentina), Daniela Tarazona (México), Carlos Cortés (Costa Rica) y Díaz Klaassen (Chile).

Por Silvina Friera
Desde Guadalajara
La lengua saca a pastorear sus perlas por las calles de Guadalajara. En la “pura esquina” de Mariano Otero y avenida De las Rosas una multitud espera para ingresar a la Expo. La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) festeja 25 años con Alemania como país invitado de honor. La secuencia de esta fiesta lectora aprieta el acelerador. La adrenalina imanta el aire, afuera y adentro del predio. Ya pasaron Fernando Vallejo, Herta Müller y Mario Vargas Llosa. La literatura, que a veces se jacta de secretear, saca a pastorear nuevas voces. Llegó la hora de presentar, en cinco tandas, al mosaico de narradores que integran los 25 secretos mejor guardados de América latina. Los primeros cinco secretos, Fernanda García Lao (Argentina), Daniela Tarazona (México), Enrique Planas (Perú), Carlos Cortés (Costa Rica) y Francisco Díaz Klaassen (Chile), no entraron a la FIL como se entra a un templo en el que todos los fieles rezan de rodillas. Estas autoras y autores no están habitados por certezas. No recitan ni dictan cátedra ni pontifican. Tampoco procuran, en algunos casos, diluir el capital simbólico de sus extravagancias.

García Lao no elige las historias. “Ellas me escogen a mí. Siempre trabajo con el inconsciente como primera patada: aparece un personaje y empiezo a tirar del hilo. Después pienso cómo destrozarlo. Soy una asesina serial, me dedico a escribir”, arrancó la autora de las novelas Muerta de hambre, La piel dura y Vagabundas. Cortés aseguró que cada libro que escribe es el resultado de “un proceso de negociación” con sus fantasmas. “En mis primeros libros tenía en claro qué escribir, pero uno no se puede quedar con la primera obsesión; hay que excavar para saber qué hay debajo. Mi literatura tiene que ver con el secreto”, afirmó el autor de la novela Cruz de olvido, “un descenso a los infiernos y un ejercicio de demolición de la mitología costarrisible”, que comienza con una frase irónica: “¡En Costa Rica no pasa nada desde el Big Bang!”. Después de escuchar a sus pares, Planas, autor de las novelas Orquídeas del paraíso, Alrededor de Alicia y Otros lugares de interés, entre otros títulos, exclamó: “¡Qué horrible! Nos parecemos demasiado”. Proclive a construir historias en las que el azar mete la cola, el autor peruano confesó que siente envidia por los escritores que tienen un comienzo, un nudo y un desenlace. Tarazona, autora de El animal sobre la piedra, novela publicada en la Argentina por la editorial Entropía, subrayó que parte de una emoción. “No tengo idea de qué va a suceder, pero tengo en claro la emoción inicial. Lo que más me fascina y alegra la existencia es la posibilidad de ser otro.” El secreto retobado, o al menos el que intentaba ocupar ese espacio, Díaz Klaassen, el más joven de este seleccionado, afirmó que escoge las historias. “Yo no tengo método y carezco de todo tipo de disciplina”, aclaró el escritor que mantiene a diario el blog de ficciones Tough Guys Don’t Dance (http://diazklaassen.blogspot.com).

El tópico de las influencias desplegó un paño de variedades de intereses. Cortés dijo que su fuente de inspiración es la memoria. “(Antonio) Lobo Antunes dice que la imaginación es memoria fermentada; he acumulado experiencias que poco a poco se han convertido en relatos. Los escritores somos coleccionistas que estamos pensando que en algún momento todo lo que vamos recogiendo entrará en una historia.” García Lao se permitió dudar sobre si es tan consciente de las influencias. “Mi destino ha sido influyente, haberme exiliado desde chica hizo que fuera una pequeña Frankenstein. Me mudé tantas veces que me convertí en mi propio objeto. A mí me gusta perderme: si sé el camino, me aburro y no lo hago.”

Díaz Klaassen reconoció que es “tremendamente envidioso”. “La envidia me mueve, leo algo bueno y me propongo hacerlo mejor.” Planas, en cambio, señaló que escribe para obtener silencio. “La literatura nos aporta silencio a nuestras vidas. Me gustan los escritores secretos.” Y enumeró una serie de maestros del silencio como Julio Ramón Ribeyro, Guy de Maupassant, Henry James, Anton Chéjov y Alice Munro.

Ante el “boom mediático” de diversos festivales literarios, donde los escritores se exhiben, Tarazona planteó que el trabajo de escritura “no tiene nada que ver con todo esto”. “Hablar de la escritura y de las obras para mí es difícil; es opuesto al trabajo solitario del escritor.” Díaz Klaassen, deslizándose por el precipicio de una comicidad sibilante, aventuró que “sería de mal gusto” criticar la FIL. “Los hoteles y la comida son muy buenos. No tengo ninguna queja.” Cortés destacó que el oficio del escritor entraña siempre “esa dualidad entre el adentro y el afuera”. Y puso sobre la mesa una cita de autoridad. Faulkner decía que el lugar ideal para un escritor era un prostíbulo porque “a la mañana había silencio y a la noche todo era una fiesta”.

“¿Son Macondo o McOndo?”, preguntó la moderadora de la mesa, Margarita Posada, buscando escarbar cómo se posicionan ante la “vieja” disputa entre el realismo mágico y la corriente surgida a partir de la antología McOndo, compilada por los escritores chilenos Alberto Fuguet y Sergio Gómez, que presentó allá por 1996 una muestra de la nueva narrativa latinoamericana, urbana, hiperreal, en sintonía fina con la cultura pop norteamericana y las nuevas tecnologías, que irrumpían en el paisaje del continente. La única argentina entre los secretos mejor guardados que participó en esta primera tanda, rápida de reflejos, lanzó su proclama: “Ni Macondo ni McOndo, yo soy vegetariana. No como ni comida chatarra ni comida pasada”. Carcajadas y aplausos coronaron su magnífica estocada verbal. Planas postuló que hay “muchos tonos de grises” entre ambas posibilidades. Una brevísima escaramuza se instaló cuando la moderadora definió como “bolañesco” –por Roberto Bolaño– a Díaz Klaassen, autor de El hombre sin acción, novela que transcurre entre Barcelona, Nueva Orleáns, Madrid y Santiago, y cuenta la historia de Cristóbal Block, un joven autor que escribe en un cuaderno la historia de su fracaso. “Bolaño no me interesa”, disparó el joven chileno para asombro de unos cuantos. Cortés terció para hacer una corrección: “Lo bolañesco es borgeano”.

Ni el frente de frío que se derrama sobre México puede eclipsar la fiesta. Cuando los secretos dejaron de ser tan secretos, otro puñado de jóvenes resistió el viento en la explanada de la Expo junto con la estridente cantante californiana Jessie Evans –una especie de Carmen Miranda del siglo XXI, de pestañas postizas y vestidos con aplicaciones de lentejuelas– y el baterista Toby Dammit, considerados estrellas de la escena under en Berlín. “No entiendo a la gente, pero entiendo a los mexicanos y ellos me entienden a mí”, suele decir Evans. La fiesta terminó en un pogo. La cantante saltaba, abrazada por sus seguidores, en la “pura esquina” de “La Perla de Occidente”.

sábado, noviembre 26, 2011

un exceso de generosidad en Los Andes

Los 25 autores que el mundo debe leer

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (evento central para las letras del continente) arranca hoy su edición número 25. Para celebrar, ha decidido poner en primer plano a los “25 secretos mejor guardados de la literatura latinoamericana”. Y en la caravana literaria, viaja la mendocina Fernanda García Lao.

sábado, 26 de noviembre de 2011
Por Mariana Guzzante

La autora mendocina es hija del recordado periodista Ambrosio García Lao. En la década del ‘70 la familia se instaló en España; al regresar al país, Fernanda decidió establecerse en Buenos Aires, donde se convirtió en actriz, dramaturga y escritora. Actualmente dicta talleres de narrativa. Mariana Guzzante - mguzzante@losandes.com.ar
“He llegado a la conclusión de que no hay que buscar la felicidad. Se la encuentra por el camino, aunque siempre en sentido contrario”. Con esta cita de Isabel Eberhardt, la mendocina Fernanda García Lao abre su obra “Vagabundas”, una de las novelas más extraordinarias que ha dado el 2011.

Lo cierto es que gracias a “Vagabundas” -y a los títulos anteriores disfrutados también por lectores de Argentina, España y Francia, pensemos en “Muerta de Hambre” o “La piel dura” y también en la recién traducida “La amante de Baudelaire”- Fernanda se encuentra ahorita, a lo Kerouac, en el camino. Y la felicidad, que la tomó casi por asalto cuando recibió la invitación a la Feria del Libro de Guadalajara, se concreta en el hecho de que México la recibe como uno de los 25 secretos mejor guardados de la literatura latinoamericana.

García Lao no sólo sabe construir diálogos fulminantes. Sabe habitar la piel de sus personajes. Mejor aún, sabe putear en español. Y dar el salto coloquial con elegancia. “Muerta de Hambre”, por ejemplo, esa novela que narraba las peripecias de una obesa desbordada, surgió de unos ensayos teatrales en los que se calzaba un disfraz de goma espuma para encarnar en gorda.

“Percibir cómo pesa cada gesto mínimo, cómo te miran, cómo partes de tu cuerpo llegan primero que vos”, esa investidura le valió una comprensión que se resolvió como escritura provocativa y veraz.

En “Vagabundas”, en cambio, el cuerpo de la protagonista se configura como ausencia. Esa fugitiva, llamada Eusebia, deja al irse un tejido de textos que la dibujan, más nítidamente, a distancia. 

Ambientada en un hotel solitario sobre la costa bonaerense, la trama de “Vagabundas” va derribando puertas insospechadas donde palpitan pasiones, recuerdos, baúles que guardan biografías, historias fantasmales, crónicas familiares y convivencias  ásperas con una dosificación muy lúcida entre lo melodramático, lo bizarro y lo real maravilloso.

Como una de esas películas que en su presentación se declara “basada en una historia real”,  la historia de la protagonista apela y transcribe otros casos de fugitivas célebres,  ficticias o no.
 
“Encontré un caso que me fascinó”, cuenta la autora, que además es actriz, directora teatral y periodista, “el de una mujer que huyó de un hotel como ése con un pasajero en 1904”. Esas arenas móviles entre la ficción y el relato de época, entre el cuchicheo de pueblo y la revolución interior, entre lo sedentario y lo nómade, hace en buena medida al encanto del libro.
Y es evidente que “Vagabundas” va un poco más allá en su forma no convencional, porque la escritura de García Lao parece aún más despojada e incisiva, como si evitara constantemente caer en lo sentimentaloide pero alcanzara, a la vez, el tono de la intensidad.

"Nunca escribo sobre la visión directa de las cosas, soy transversal. La realidad no me necesita y siempre se viste de otra cosa. Cultivo la irreverencia. Una suerte de alquimia barata. Un desvío, donde el humor y la poesía cuelgan de un hilo tenso." Con esa suerte de mini-manifiesto, la mendocina asoma en Guadalajara, el evento literario internacional que este año suma, además, a los argentinos Fabián Casas y Hernán Ronsino y al rioplatense Dani Umpi, entre los talentos más interesantes del continente.

Es posible que esta Feria de Guadalajara (por cierto, la más interesante del territorio) se constituya en una red verdadera de contactos textuales y editoriales para que muchos de estos autores (a veces poco leídos en su tierra) puedan trascender sus fronteras. En todo caso, hay que celebrar que una autora joven, nacida en este Oeste, llegue al epicentro cultural con una actitud generosa, un lenguaje personal y una obra lúcida.


Para leer la nota del diario, click en el título

jueves, noviembre 24, 2011

Un “secreto” literario argentino que ahora develan en México

La Feria del Libro de Guadalajara eligió 25 escritores. Fernanda García Lao es una de tres argentinos.

POR Ezequiel Alemian
REVISTA Ñ

NO SOLO LIBROS. García Lao también es actriz y compositora.


Como se trata de literatura (y del negocio de los libros), como se trata de los libros de hoy y de mañana, como se trata de seguir la cadena de lecturas, la Feria del Libro de Guadalajara (una de las más importantes en lengua española) decidió celebrar sus 25 años eligiendo 25 escritores “secretos” de la literatura latinoamericana. Entre ellos, tres son argentinos. Fernanda García Lao es una de ellos. Los otros, Hernán Ronsino y Fabián Casas.

García Lao (1966) vivió en Mendoza, donde nació, luego en Madrid, después otra vez en Mendoza, en Buenos Aires, de vuelta en Madrid, y desde 1993, nuevamente en Buenos Aires. Habla con las eses. Dice que sus padres, periodistas, poetas, rechazaban sus primeros textos porque no encontraban en ellos una voz propia. Si no escribe, siente que vive inútilmente. Para no quedar pegada a un estilo, escribe sus novelas de a dos. Actriz, dramaturga, compositora, publicó su primera novela, Muerta de hambre, en 2005. A esta siguieron La perfecta otra cosa (2007), La piel dura (2011) y Vagabundas (2011).

-Desbordada por el lenguaje, derramada sobre la realidad, ¿qué esconde en su interior la gorda que protagoniza “Muerta de hambre”?
-Estaba armando un personaje, como actriz, y me dieron un cuerpo enorme, de goma espuma, donde me metía para experimentar. El proyecto no salió, pero me quedaron la tensión de ese cuerpo, y unos textos que había escrito como biografía de la gorda, una mujer muy solitaria. El personaje apareció con rabia desde la primera línea, y fue creciendo a medida que iba amasando esa rabia. Tiene mucho de la incorrección del que no se entiende. Con ella podía ser mala, seguirla y decir todo lo que me aflorara. ¡Finalmente podía ser una gorda punk!


-¿De dónde le viene esa rabia? En “La piel dura” parecés aludir a un origen social.
-No sé, no psicoanalizo a los personajes. En La piel dura quería escribir sobre la frustración del actor, en estado de eterno aprendizaje, de examen continuo. Es muy cruel. El mundo de lo estético femenino también es un mundo de mucha crueldad. Hay un montón de reclamos sobre el cuerpo que muchas mujeres toman como propios, y que a mí me espantan. Son inventos de tortura cotidiana.

Hablabas también del escritor como director de teatro.
-En teatro hay que extraer el conflicto del espacio. El espacio, en Vagabundas, por ejemplo: un hotel fracasado en una playa ventosa y desolada, es esencial. Hay un médano. No puede estar de adorno. Entonces se mueve, desea a una de las protagonistas. Ella se le tira encima y tiene con el médano una relación más intensa que con su marido.

Para leer la nota completa, click en el título.

sábado, noviembre 19, 2011

20 preguntas en Letras Libres

Fernanda García Lao

1. ¿Escribir sobre lo público o lo privado?

La ficción que me interesa es periférica. Me importa que sea potente, no su procedencia.

2. ¿Escribir de día o de noche?

Si estoy muy sumergida en algún texto, da igual el horario. Cuando recién comienzo prefiero la claridad matinal. La oscuridad vendrá solita.

3. ¿Cuál es la obra literaria más sobrevalorada?

En los últimos años, la del señor Haruki Murakami.

4. ¿Y la injustificadamente olvidada?

No recuerdo.

5. ¿La obra maestra que nunca ha leído y quizá ha dicho que sí?

Siempre habrá libros sin leer, incluso obras maestras. Mentir me parece absurdo. No leí a Marcel Proust, siempre me duermo entre sus pliegues.

6. ¿Cuál es el secreto literario mejor guardado?

El número 26.

7. ¿Hace daño el culto al escritor?

A mí nunca me rezaron. Ni una vela me han prendido.

8. ¿Cómo reaccionaría si descubriera miles de copias piratas de sus libros en el mercado negro?

Tal vez sentiría una mezcla de terrores: alegría, incredulidad, deseo de algunas copias para venderlas yo misma.

9. ¿El Estado debe pagar para que los escritores escriban?

¿A qué escritores? ¿Con qué propósito? En un Estado ideal los escritores vivirían de sus libros.

10. ¿La “escritura creativa” puede aprenderse en un taller?

Los talleres no enseñan a escribir a nadie, a menos que uno sea analfabeto.

11. ¿Qué es un best-seller?

Un objeto de fácil acceso.

12. ¿Qué hábito envidia de otro escritor?

Los escritores no tenemos hábitos envidiables.

13. ¿Qué eslogan propondría para una campaña nacional de lectura?

Prohibido leer. (Transgreda).

14. ¿Si fuera libro cuál sería?

 Las flores del mal, de Charles Baudelaire.

15. ¿Cuál fue el primer libro que robó o debió haber robado?

No recuerdo el primero pero sí el último: ¿Para qué la acción?, de Simone de Beauvoir. El título impulsó mi delito, supongo.

16. ¿Raya los libros?

Los subrayo con lápiz, para que no les duela.

17. ¿Con qué cliché literario se (le) identifica?

Desconozco.

18. Si estuviera en su poder ser obedecido como gobernante, ¿qué regla le impondría a los ciudadanos?

No acepte reglas ajenas.

19. ¿Qué muerte célebre, de algún personaje real o de ficción, le gustaría tener?

Aspiro a una muerte modesta, sin espectacularidades. Sólo para los amigos.

20. Si este es su último aliento, ¿cuáles son sus últimas palabras?

Volveré.

......

Fernanda García Lao (Argentina, 1966).

Estudió periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Actriz y dramaturga, reside en Buenos Aires desde 1993. En 2004 ganó los premios Fondo Nacional de las Artes 2004 y premio de novela Julio Cortázar por La perfecta otra cosa.
Libros publicados: Muerta de hambre (El cuenco de plata, 2005), La perfecta otra cosa (El cuenco de plata, 2007), La piel dura (El cuenco de plata, 2011), Vagabundas (El Ateneo, 2011), La Faim de María Bernabé (La dernière goutte, 2011).


Hacé click en el título para ir a Letras Libres

lunes, octubre 17, 2011

ecos

Ecos de la FIL es un espacio que creó la Feria para que las nuevas generaciones de lectores puedan acercarse y tener contacto directo con los escritores. Año con año, los jóvenes estudiantes tienen la oportunidad de reunirse, en sus propias escuelas, con los autores que acuden a la Feria y establecer una charla informal acerca de sus obras, su experiencia como escritores, como lectores y mucho más.
 
Este programa nació cuando nos dimos cuenta del gran interés que la FIL despierta entre estudiantes y maestros; sin embargo, en muchos casos la falta de recursos juega en su contra y una buena parte de ellos no logra asistir. Por esta razón, Ecos de la FIL se ha convertido en su ventana al mundo literario y el trabajo que realizan los profesores es indispensable. Ellos son quienes realizan una concienzuda labor de inducción a la obra de ustedes -los autores que los visitan-, a través del trabajo diario en las aulas, lo que garantiza el éxito del programa.
 
Son estos profesores quienes los atenderán personalmente. Los recogerán el día de la charla en sus hoteles y los llevarán hasta las escuelas. Será una experiencia inolvidable, el interés de los jóvenes es increíble y son muy participativos.

Lunes 28 de noviembre
ECOS de la FIL

Preparatoria núm. 16
11:00
Fernanda García Lao

lunes, octubre 10, 2011

A statement of me

Feria Internacional del Libro Guadalajara 2011

I was born in Mendoza (Argentina, 1966), but was formed in Madrid. And deformed, continuously, persistently. Traveling educates and disturbs. I turned ten in the air, over the same ocean that had brought my parents together, but in the different direction.
At home, I was taught the art of conversation, literature and the absurd. I am a literature graduate, studied piano, classical dance, acting, theater and journalism. I moved from place to place some 20 times, and four from one continent to another. I did radio, plays, songs, films, video. With my works I traveled to exotic places like Colombia, Panama, Chile and Mar del Plata.
Such geographical-compulsive agitation turned into a pressing need to write. A vital fixation to register. My papers and I were one. While I exposed myself, my literature grew in the shadows. I mean, I was its outline.
One day I decided to submit my first novel to a contest. It was 2004 and Muerta de hambre won the first prize of the Fondo Nacional de las Artes, published a year later. That same year, an eccentric jury awarded me the third Julio Cortazar Prize for novel for La perfecta otra cosa, published in 2007.
Now, in 2011, my novels La piel dura and Vagabundas appeared in Argentina, and La Faim de María Bernabé, in France. The fact of being published encouraged my hidden activity: literature, that took over my social and theater presence and worsened by back. Today, it comes forward, while I hide myself away.
I have lived a little over 15,000 days, of which I practically remember none. I am amnesic, that is, an optimist, by nature. I like to forget myself and create other worlds. Words get to me, they dazzle me, and when in front of paper, they dictate what I can’t understand. That is why I write, to hand them over my place. They know how to growl and whisper when necessary. They are my body. I only lend them my head.

 

Otras actividades en las que participa:
Argentina at FIL
 

viernes, septiembre 30, 2011

Autoretrato para la Feria del libro de Guadalajara

Nací en Mendoza (Argentina, 1966), pero me formé en Madrid. Y me deformé, reiteradamente, con tesón. Viajar instruye y trastorna. Cumplí diez años en el aire, sobre el mismo océano que había unido a mis padres, pero en sentido inverso.
En casa, me entrenaron en el arte de la conversación, la literatura y el absurdo. Soy Bachiller en Letras, estudié piano, danza clásica, actuación, dramaturgia y periodismo.
Me mudé unas veinte veces de hogar y cuatro de continente. Trabajé en radio, hice teatro, canciones, cine, video. Con mis obras viajé a lugares exóticos como Colombia, Panamá, Chile y Mar del Plata.
Tanta agitación geográfico-compulsiva derivó en una necesidad imperiosa de escribir. Una pulsión vital por el registro. Mis papeles y yo éramos una sola cosa. Mientras yo me mostraba, mi literatura crecía en la oscuridad. Es decir, yo era su contorno.
Un día decidí mandar mi primera novela a concurso. Era 2004, y Muerta de hambre recibió el primer premio del Fondo Nacional de las Artes, publicándose un año más tarde. Ese mismo año, otro jurado alucinado me concedió el tercer Premio de Novela Julio Cortázar por La perfecta otra cosa, editada en 2007.
Este año 2011, aparecieron mis novelas La piel dura y Vagabundas en Argentina; y La Faim de María Bernabé, en Francia. El acontecimiento de la publicación le dio impulso a mi actividad oculta: la literaria, que devoró mi costado social, teatral y empeoró mi espalda. Ahora, ella se muestra y yo, me guardo.
He vivido un poco más de quince mil días de los cuales no recuerdo prácticamente ninguno. Soy amnésica -es decir optimista- por naturaleza. Me gusta olvidarme de mí e inventar otros mundos. Las palabras me pueden, me deslumbran, y frente al papel, me dictan lo que no entiendo. Por eso escribo, para cederles mi lugar. Saben gruñir o murmurar cuando hace falta. Ellas son mi cuerpo. Yo sólo les presto la cabeza.

 
Presencia de Argentina en la FIL

martes, septiembre 20, 2011

25 secretos de América Latina

La FIL 2011 invita a 25 escritores de 15 países de América Latina
Nota Literatura| Feria del libro| Autores en la FIL| FIL 2011.








Entre los escritores invitados se encuentran Fernanda García Lao, Fabián Casas y Hernán Rosino entre otros.

ESPECIAL
◦Proyecto de promoción de 'promesas literarias'
La Feria del libro estará disponible del 26 de noviembre al 4 de diciembre

CIUDAD DE MÉXICO (20/SEP/2011).- Veinticinco escritores de 15 países de América Latina han sido invitados a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) 2011 para tratar de romper con las fronteras de sus países, donde ya gozan de reconocimiento, y acercarlos a un público más amplio.

Este proyecto de promoción de "promesas" literarias se desarrollará en el XXV aniversario de la FIL, la mayor feria del libro en lengua española, que este año tendrá lugar del 26 de noviembre al 4 de diciembre con Alemania como invitado de honor, informó hoy la organización en un comunicado.

El proyecto, que lleva por título "Los veinticinco secretos mejor guardados de América Latina", pretende que nuevos talentos de la región sean descubiertos por agentes, editores y traductores que acuden a la feria, explica el comunicado.

"El grupo está formado por narradores que tienen más de un libro publicado y cuyas obras son escasamente conocidas fuera de sus países" de origen, agrega el boletín.

Los escritores son los argentinos Fernanda García Lao, Fabián Casas y Hernán Rosino, los colombianos Juan Álvarez, Andrés Burgos, Diego Muñoz Valenzuela y Luis Miguel Rivas, y el costarricense Carlos Cortés.

A ellos se suman la boliviana Giovanna Rivero, los chilenos Nona Fernández, Francisco Días Klaassen, los ecuatorianos Luis Alberto Bravo, Eduardo Varas y Miguel Antonio Chávez, la salvadoreña Jacinta Escudos y el nicaragüense Ulises Juárez Polanco.

También estarán el guatemalteco Javier Mosquera, la hondureña María Eugenia Ramos, el panameño Carlos Oriel Wynter Melo, el uruguayo Dani Umpi, el peruano Enrique Planas y el venezolano Roberto Martínez Bachrich.

Además en la lista hay tres mexicanos: Daniela Tarazona, Emiliano Monge y Pablo Soler Frost.

Todos ellos, nacidos entre 1956 y 1984, fueron seleccionados tras la lectura de decenas de libros y un proceso de consultas a periodistas, críticos, otros escritores y editores de la región.

Los autores participarán en cinco mesas de diálogo, del 27 de noviembre al 1 de diciembre, donde "expondrán sus intereses" y el público conocerá "lo más representativo de su escritura".

Además, mantendrán encuentros con el joven público de la FIL y con distintos agentes y editores que acudan a la próximo edición de la feria.

"Con estas veinticinco promesas de las letras hispanoamericanas la FIL se viste de manteles largos y afianza su compromiso para que la vitalidad y la diversidad de las letras latinoamericanas circulen por el mundo", agrega el comunicado.

Finalmente, la FIL recuerda que todos estos años por ella han pasado "las voces más conocidas y diversas de la literatura" en español y en otros idiomas desde 1987, cuando se celebró la primera edición de la feria en la capital del estado de Jalisco, oeste de México.

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