La Ciudad de las Luces recibió en su Salón literario a una comitiva de autores de Argentina, país que este año fue invitado de honor. Entre los narradores, estuvo la mendocina Fernanda García Lao, quien participó además de un homenaje a Juan Gelman en la ciudad de Lille.
sábado, 29 de marzo de 2014
Cultura Los Andes
“Es un reconocimiento a mi obra estar en Francia”, dice la mendocina García Lao. Notas relacionadas
El affaire argentino-francés
Gabriela Scatena - Especial para Cultura
Del otro lado del teclado –lo que es decir, lejos del Aconcagua, “de la tierra del sol y del buen vino”- Fernanda García Lao se está duchando justo ahora, después de haber escrito “¡Mendoza, presente!”, después de haber llegado de Lille en donde dio unas charlas, participó de un café literario en homenaje a Juan Gelman y conoció a nuevos lectores.
“La librería VO - librairie internationale VO, en francés- es la única en Lille que tiene libros escritos en otras lenguas además de la francesa y que son novedades, así que allí están mis libros”, explica la autora de “Vagabundas”.
Fernanda ha viajado a París como parte de la delegación argentina que participó, el fin de semana pasado, en el Salón del Libro, la feria editorial más importante de toda Francia.
La primera pregunta se cae de madura:
- ¿Qué significa para vos haber sido invitada al Salón justo en el año en el que la Argentina es invitada de Honor?
- Creo que es un reconocimiento, ya que mi obra en el último tiempo ganó mucha visibilidad.
- ¿Por qué? (las preguntas más sencillas son, a menudo, las más complejas de responder, pero García Lao no sufre de falsa humildad zalamera, así que responde rápido)
-Porque mi último libro llamó la atención. Yo hice al revés, primero publiqué novelas y después cuentos. Elegir la brevedad fue un modo de romper el estereotipo, la ficción de que era una novelista.
El libro al que hace referencia es el recomendable “Cómo usar un cuchillo”. En la portada está ella, empuñando uno, cerca de una cajonera que parece encoger las patitas de madera, de puro miedo.
Tan lejos, tan cerca
En el año cortazariano, el Salón del Libro recordó muy especialmente al autor de “Rayuela”. Así que la mendocina también se encargó de diseccionar el gusto por su literatura. “Sí, por supuesto que me gusta Cortázar. Me gustan mucho sus cuentos, ‘Casa tomada’, ‘El otro cielo’, las ‘Instrucciones’ (porque me dan risa) y también Antonio Di Benedetto me parece un cuentista bastante fantástico”.
Justamente “La literatura fantástica en el Río de La Plata “ es el nombre de una de las mesas en las que ha participado dentro de la feria parisina. “Es un reconocimiento al género cuento que es todo un baluarte en nuestra literatura. Argentina es un país bastante insólito e incomprensible, ideal para el fantástico.”
La otra mesa en la que participó se llamó “Lejos de Buenos Aires”, una rueda compuesta por mujeres.
. ¿Hay un rasgo definitorio en el hecho de estar lejos de Buenos Aires?
-Y sí, a mí me encanta la anarquía, la libertad de la periferia y de lo excéntrico.
Cortázar tiene una frase en Rayuela: “En París todo era Buenos Aires y viceversa”. “Y – dice García Lao- uno se va construyendo entre idas y venidas, entre los viajes Pero yo, que ya viajé tanto, ahora no tengo ganas de moverme. Uno termina inventando un yo para cada ocasión, esa riqueza, esa ficcionalización de uno es lo que replica para escribir.
Sin embargo, cuando escribo, no escribo de mí. Obviamente uno nunca deja de ser quien es pero a mí me interesa el mundo, me interesan los demás, me interesa lo impúdico, lo que uno siempre oculta, los interiores. Si me preguntás, haría una película sólo de interiores. Ya no me interesa el paisaje, salvo que sea un personaje más. Me gustan los asuntos bien personales y subjetivos.
Idas y venidas
Fernanda (que tiene ese lindo apellido que suena a lagos y pequeños saltmontes) es hija del reconocido periodista mendocino Ambrosio García Lao. De pequeña, emigró a Madrid junto a sus padres y hermana y, después de transcurrir su adolescencia en Europa, su familia decidió regresar a la provincia. “Cuando volví de Madrid a Mendoza no tenía ganas de estar, no me podía relacionar, era demasiado punk, demasiado oscura, no encajaba. Un poco así fue el primer personaje que escribí”, recuerda.
Así que después de sentirse excéntrica un tiempo, se volvió a Madrid.“soy reincidente”, dice.
Parte de esos viajes quedan en su acento, mezcla de mendocino y madrileño: “nunca hablé de ‘yo’, no podría hacerlo”, asegura.
Escritora, actriz, directora de teatro y poeta, parece una mujer renacentista: “sí, soy renacentista pero sólo de lunes a viernes, los fines de semana soy medieval”, bromea la mendocina y las carcajadas llegan sonoras a través de la línea telefónica. Fernanda empezó a escribir cuando estaba embarazada de su primera hija.
Según cuenta, era como “estar poseída”; los relatos le llegaban y escribió un primer libro “Coro de Inmorales” que todavía está inédito pero que es la usina de los demás libros que publicó.
“Muerta de Hambre”, la novela que ganó el 1º Premio Fondo Nacional de las Artes, fue traducida al francés como “El hambre de María Bernabé” por la Editorial La Derniere Goutte. María Bernabé Castelar, la protagonista, es una adolescente obesa, rotunda, notoria. “La piel dura” y “La Perfecta Otra Cosa”, también fueron traducidas al francés.
En sus libros, los críticos destacan la torsión que le ejerce a las palabras, y el humor, el fino humor. En los cuentos de “Cómo usar un cuchillo” ese filo agudo y perturbador aparece, concentrado.
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