Me gustaría recomendaros este libro. Me parece que la autora, Fernanda García Lao, nos propone algo sumamente revelador (y difícil de hacer). Por un lado, condensar una biografía en objetos. Esto parece sencillo, pero no lo es. Nuestras vidas (por lo general ordinarias, fragmentadas, plagadas de roce con la materia) constituyen un diálogo muy intenso con los objetos que nos habitan.
En antropología hay una larga tradición de estudio en torno a la vida social de los objetos, que constituyen no sólo receptáculos pasivos de nuestra interacción, sino también agentes activos (y activadores) de vínculos sociales. Se podría decir que, en cierta medida, no sólo cohabitamos junto a otras especies naturales, sino también con otras “alteridades” objetuales que tienen agencia por sí mismas. Leído desde aquí, el poemario presenta una riqueza ontológica brutal, pues nos ayuda a reconstruir una subjetividad, un universo moral, cultural y filosófico, y también a disparar interrogantes sobre aquello que somos en tanto seres históricos, temporales, inextricablemente unidos a otras esferas de realidad.
Pero es que, por otro lado, este libro se despliega mediante un lenguaje figurativo, narrativo, de gran precisión y riqueza enunciadora, de fuerte carga expresiva, compacto, equilibrado (nunca cae en sentimentalismos o nostalgias) que apuesta por la extrañeza y el “extrañamiento” continuo. Los poemas son como fogonazos, vislumbres. A mitad de camino entre el “reportaje” y la “alucinación” que diría José Hierro. Permiten reconstruir todo un mundo emocional y de significaciones a partir de elementos mínimos, casi insignificantes. De veras, muy muy sugerente, he aprendido a volver a mirar, a intentar atrapar esa pequeñez tan iluminadora en cada cosa.
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