viernes, septiembre 20, 2013

No decálogos


En el Taller de escritura, propuse jugar con el lugar común de los Decálogos de escritor.
Estos son los resultados. Contra lo que es un cuento. O definir por la negativa.

Leila Sucari

1- Un cuento no es un perro atado a una correa. No es una máquina perfecta donde cada pieza cumple un rol determinado y estático. No es un producto científico. Los cálculos y las fórmulas por sí mismas no son nada. El cuento debe ser libre. Un animal salvaje con impulsos y necesidades propias. Un rompecabezas con infinitas posibilidades. Una constelación de sentidos que se superponen, se rozan y se desafían. Pero esto no significa que un cuento sea un caos. No, nada ni nadie lo habita por azar. Es un microuniverso donde todo cambia todo el tiempo. El cuentista no puede pretender ser el dueño ni tener el control absoluto. Su tarea está en entregarse a lo que el cuento quiere decir, dejarlo hablar.

2- Un cuento no es una piscina climatizada. Es estar haciendo la plancha sabiendo que en cualquier momento puede aparecer un tiburón. El cuento es el vacío que se produce en el estómago cuando la ola sube demasiado rápido. Es orden y desorden, calma y turbulencia. Es vértigo.

3- Un cuento no es una foto. En el cuento no estamos a salvo del tiempo. Las cosas se quiebran, crecen, se transforman. Un cuento es una revolución, aunque sea casi imperceptible.

4- Un cuento no es una tortuga dentro del caparazón. Un cuento es una hoja erosionada por el viento.


Susana Colombo

Lo que no es cuento:
Ser arrastrado por el deseo de profanar tumbas donde todas las palabras están disponibles.
El sol y la tierra que marcan el relieve de las letras y el gramaje del papel
Las enumeraciones
La esencia de las cosas, lo que hace que algo sea lo que es y no lo que no es
Los informes borrosos, difusos, con palabras faltantes, escritos por funcionarios sin gramática
Los ardores de los difuntos
La idea del lenguaje, el enunciado, la anunciación y el sagrado corazón de Jesús, la confusión
Los dispositivos de funcionamiento autónomo, sus instrucciones de cómo usarlos,
y los usuarios que los manejan
la tautología.



Mariana Mazer

Un cuento no es la rapidez con la que el sol se esconde bajo las manos, ni la tarde de lluvia que golpea el mar de otros países. Tampoco es la luna perdida entre las nubes de  tormenta, ni los barcos que cruzan océanos turquesas hacia los desiertos de África. No es la sábana mojada bajo el sexo, ni las notas de un tambor por la mañana. Es las islas que alguien pintó en el océano. O un hombre de bigote bien grande que cruza la calle y resbala. Es el final de río cuando el agua se acumula, y ruge entre las rocas, y los peces golpean y chocan y no hay lugar, no hay espacio. Es una madre al comienzo de la mañana, el camisón sucio, la comida que alguien prepara por las noches y la marea bien alta. Es las manos en el vientre, las palabras que se acumulan en las manos, las letras curiosas que saltan de hoja en hoja, se entrecruzan y tejen una historia que nadie sabe de dónde proviene, pero que todos escuchamos.



Tomás Downey

Un cuento no es:
Una sola cosa. Su propio encanto radica en esa indefinición.
Un texto parlante. No habla, no dice, no comunica. Su verdadero sentido es deforme, mutante.
Un susto. Los efectos especiales son mero mecanismo. El cuento perfora despacio, en silencio. Hasta el lugar preciso en el que cada lector tiene enterradas sus propias pesadillas.
Fresco. El autor debe manosearlo hasta que esté a punto de pudrirse. El producto final debe parecerse a un sueño repetitivo, desagradable.
Azaroso. El desajuste se planea. Las contradicciones se trabajan hasta el punto justo en que se repelen y atraen con igual intensidad.
Original. Porque ya fue escrito cien veces. Lo particular está en los detalles; la perspectiva, los climas, la forma en que cada autor regurgita las palabras.
El qué. Un cuento es el cómo.
Homogéneo, nivelado. El equilibrio es precario y el derrumbe es inminente. Pero nunca llega a suceder. Mientras tanto, la esencia se cuela por entre las fisuras.
Un arma. Un cuento no remata. Dispersa y confunde. Sedimenta despacio. Si el sentido colapsa y se agota en la última línea, está mintiendo.
Un objeto místico. Aunque a ciegas, caótico, es trabajo puro. Voluntad mecánica.



Mariana Komiseroff

Esto no es un cuento.

Aborto: Interrupción de un embarazo tras la implantación del huevo fecundado en el endometrio (pared interna del útero) antes de que el feto haya alcanzado viabilidad, es decir, antes de que sea capaz de sobrevivir y mantener una vida extrauterina independiente.

Una definición no es un cuento.

Una cuna de vidrio vacía y una llena. Dos mujeres vacías, una con hijo y otra sin él. La de la cuna vacía habla con la voz bien baja, con vergüenza y la de la cuna llena evita reírse con su bebé recién nacido para no incomodar a la otra.

Una imagen por sí misma no es un cuento.

Un aborto bien hecho cuesta alrededor de cinco mil pesos. El aborto de la mujer de la cuna vacía costó mil setecientos pesos por eso  ella terminó en el hospital con el goteo que le provoca las contracciones que le harán, en el mejor de los casos, expulsar la placenta. Criar un niño es una hipoteca para toda la vida.
Los textos que solo se  valen de datos informativos y acotaciones del autor no son cuentos.
La mujer de la cuna llena está sola, probablemente esperando la hora de visitas. Su bebé duerme de costado y ella apenas se mueve por el dolor del parto reciente.

¿Un texto sin acción no es un cuento?

La mujer de la cuna llena, radiante y obstinada, levanta a su hijo de la cuna para amamantarlo. De los pechos brota el líquido blanco amarronado antes de que la criatura llegue a abrir la boca.
Un texto que propone a los personajes como completamente buenos o completamente malos no es un cuento.
La mujer de la cuna vacía saca el celular de la cartera,  revisa los mensajes ya leídos y vuelve a guardarlo. Tiembla, es el efecto de la anestesia local que se disipa. Habla con la mujer que la acompaña.
-Si las cosas se hacen bien esto no pasa.
-Hablá más bajo.

Un diálogo solo no es un cuento.

ARTÍCULO 2: La interrupción voluntaria del embarazo no será penalizada y en consecuencia no serán aplicables los artículos 325 y 325 bis del Código Penal, para el caso que la mujer cumpla con los requisitos que se establecen en los artículos siguientes y se realice en las doce primeras semanas de gravidez.
Un artículo de la ley no es un cuento.
La mujer de la cuna vacía y la mujer de la cuna llena miran el televisor que está colgado. Mujer de 31 años y embarazada de 17 semanas, falleció el 28 de octubre de 2012 después de que los médicos del Hospital se negaran a practicarle un aborto, tras alegar que la ley impedía hacerlo mientras latiera el corazón del feto, pese a que la salud de la mujer se deterioraba.

Una noticia no es un cuento. ¿Podría serlo?

En la cuna llena aparece un animal al lado del niño que duerme con una mueca que podría ser una sonrisa, tiene escrito el texto "Protegido" en un cartel que cuelga de su cuello. El animal es un carpincho, tiene una cola de gato larguísima. La enrolla alrededor del cuello del niño recién nacido que emite un quejido débil. Las dos cunas de vidrio están vacías.

¿No es un cuento un texto que no cumple con el verosímil planteado por la lógica interna de la historia?


Félix Ruiz Martinez

- Mientras más grande sea, más se goza el cuento.
- El cuento no es solo una muñeca sin miembros. El cuento es una  muñeca sin miembros con arañas en su interior.
- Lo esencial en un cuento, que nunca puede faltar en el primer párrafo, si es posible en las primeras líneas, es que diga  fecha, nombre, y alguna localidad, si es posible tu dirección exacta, así, en el caso de que sea malo el cuento, el lector pueda ubicarte para matarte.
- Por más que parezca, el cuento, a diferencia del agua, no es ni inodoro, ni incoloro, ni insípido. 


Sebastian Lidijover
Excepciones a un cuento     

Una lista.
La música, aunque parezca.
Lo que está antes o después de una arroba.
Los menú de los restaurantes.
La anécdota a la que alguien remata con “ahí tenés un cuento”.
Lo que se come.
Lo que se olvida.
Lo que no está escrito.
El mensaje que lleva la sonda Voyager.
Salvo que alguien lo encuentre. Entonces lo que lea será un cuento.
Nosotros seremos ese cuento.



Facundo Abalo

1)Todos los personajes están hechos de filamentos carnosos, pulpas gelatinosas y costras envejecidas. Destripe lo evidente. Provoque un desgarro.

2) Hunda un tenedor en la superficie plana del texto. Raye lo terso, deje surcos. Aplaste todo aquello que parece sólido. Bata los acontecimientos  a punto pomada. Deshágalo todo. Mezcle después lo disperso. Use las manos. Los dedos deben quedarle sucios.

3) Deje que fermente. Rehogue la ansiedad en agua de azahar. El apuro es un mal aliado de la cocina.

4) Recuerde que la masa es seca. No estire las frases mas de la cuenta. Peligro de disolución grumosa. Es preferible cortar en pequeños trozos separados por puntos. La preparación no sufre. Hiérala con tajos agudos. No debe haber culpa.

5) El texto irá levando de manera deforme. Mírelo a distancia y  contemple los volcanes. Vuélvase un geógrafo de su propio bollo. Para asegurarse que no esté crudo, pinche cada montículo aireado con una oración rígida. Cuidado: Lo que se desinfle jamás volverá a elevarse.

6) Cocer en salsa agridulce. Lo azucarado tiene que devenir en amargo en el momento adecuado. Abandone todo intento de imitación pretenciosa. Lo real es insípido. El sabor debe ser por momentos insondable. La garganta tiene que quedar ardiendo.

7) Descanse después de cada paso. Cocinar un texto provoca fatiga.

8) La presentación de un plato es siempre un acto adulterado. Los hongos tienen que crecer ocultos entre comas. Cuando el comensal lo advierta tiene que ser tarde.

9) El platillo debe parecer liviano. Casi un canapé. Pura emboscada. El lector debe deglutir cada frase como una boa constrictora. Una vez masticado comenzará a crecer. La digestión es  lenta. Algo tiene que quedarse atragantado. Por momentos puede faltarle el aire. Es normal. No se asuste.

10) Memorice esta receta. Después intente olvidarla.




Fernanda García Lao: «El cuento tiene que aparecer ya palpitando»

Teoría del tacto es el último libro de Fernanda García Lao. La brevedad de sus cuentos es inversamente proporcional a su densidad. Cada uno ...