Hasta el sol tiene manchas. Su corazón
no las tiene. Me ofrece usted a diario este
espectáculo: su sorpresa de saber que el
mal existe.
Acaba usted de escribir Los trágicos, un libro
que está por encima de la sintaxis. Cita en él a guisa
de epígrafe cuatro versos míos. Le ofrezco estas notas a cambio,
porque posee usted al natural esa ligereza profunda que imita
un poco al opio.
OPIO
Diario de una desintoxicación
Jean Cocteau
Fernanda García Lao, un híbrido de transgresión, locura y violencia
Analizamos la literatura de esta autora mendocina, radicada durante mucho tiempo en España, y que ha escrito cuentos, novelas y poemas. Por...

-
Una piedra dos casas tres ruinas cuatro sepultureros un jardín flores un mapache una docena de ostras un limón un pan un rayo de s...
-
La realidad demanda improvisar, hay que moverse. Yo, que nada sé, celebro el evento con alegría, por imprevisto. Me veo sonreír, con una val...
-
«Los relatos de Teoría del tacto son cuerpos palpitantes; sus palabras son carne encendida. En estas páginas resuenan las escrituras de Cl...