viernes, noviembre 23, 2012

La perfecta otra cosa



Matricule des Anges
Por Eric Bonnargent

Entrevista con Fernanda García Lao (traducida por Mélanie Gros-Balthazard)


1. Tal como en Muerta de hambre, la descomposición familiar es el eje central de La Perfecta otra cosa. Los niños aparecen como las víctimas de la violencia física o psicológica que, en vez del amor, unen a sus padres. ¿ Por qué este tema se vuelve tan presente en su obra ?

Creo que hay un cruce de cuestiones en La perfecta otra cosa. No sé si hay un eje central. En todo caso, es el vacío el que organiza el relato, cierto deseo de trascendencia personal que no llega. Pero sí es verdad que el marco que elijo es el de la familia. Yo nací en los sesenta, es decir, en coincidencia con la descomposición de ese núcleo hasta entonces sagrado. La contradicción se instaló en el seno de lo íntimo, los vínculos primeros estaban en crisis. Quizás, ahora haya nuevos modos de entender la familia, con roles intercambiables menos estereotipados que en aquel momento. Pero presenciamos a menudo debacles propias o ajenas con origen en la infancia. Y cuando observamos con frialdad a la mayoría de las familias, encontramos reproducidos los grandes conflictos sociales en escala : la hipocresía y el abuso de poder suelen practicarse primero en casa. Yo no soy épica, más bien me interesan las batallas domésticas. El odio en miniatura. Ahí, encuentro una usina de conflictos de enorme belleza para construir ficción.

2. Inmundo con las mujeres, Adolfo es un personaje que compara su pene a Dios e invierte los papeles afirmando que es víctima de ellas (« Sí, las mujeres me utilizan y las dejo hacer ».)
¿Por qué presentar tan a menudo a sus personajes masculinos como seres bribones y lúbricos ?

En Adolfo, hay una voluntad de parodia. Tomé el modelo de Don Juan, uno muy patético y pueblerino, y lo puse frente a su propia debacle: fue un ejercicio de puro disfrute. Ese tipo de macho aún susbsiste en algunos climas templados. Por otro lado, el perverso siempre supone que la víctima es la responsable. No hay asesino que no justifique su crimen, nunca es uno el que tiene la culpa. Siempre es el otro.

3. Se ve que las mujeres, por su parte, sufren su cuerpo, aguantando la imagen social que refleja sobre todo, sin que puedan deshacerse de ésta. Eva sueña con la perfección física y, al igual que María Bernabé, Rosalin lucha en vano contra su obesidad. Incluso Jessica, mujer rebelde, no consigue realizarse como mujer y vivir su feminidad de manera serena. ¿Será tan difícil ser una mujer feliz ?

Es dificil ser feliz. No importa el género. En el caso de la mujer, a pesar de cierta liberación, más bien de índole sexual y laboral, continuamos bastante esclavizadas por la forma. Hay un temor atroz al paso del tiempo, compartido por hombres y mujeres, que ha convertido a la sociedad en una especie de galería de monstruos : viejos disfrazados de niños, gordos a dieta, niñas vomitando. El cuerpo se ha transformado en un objeto de consumo, es decir, un bien descartable. Madurar carecería de valor. Las superficies se han impuesto. Todo se ve desde afuera, como en un supermercado de carne, en el que no importa más que lo visible. Un buen envoltorio en el que se oculta la nada. No hay tiempo para profundizar, nadie quiere sufrir y por eso, la idiotez es moneda corriente.

4. Cretando afirma que, para un hombre, « haber nacido significa tener ganas de estropear las cosas. » Resulta ser el único personaje que tiene cierta lucidez en lo humano, de manera general, y en lo masculino más precisamente. ¿Por qué haber hecho de él un personaje homosexual ?

Nació homosexual, yo no lo hice. No suelo manipular a mis personajes, los dejo ser. Su voz me fue contando quién era. En este libro, más que en ningún otro, utilicé el método automático surrealista. Casi no tiene corrección. Logré cierto estado, pude correrme y renegar de la función maniquea del narrador omnisciente. Ese oscuro placer me lo he reservado para otros libros.


5. Tanto en Muerta de hambre como en La perfecta otra cosa, usted impide que el lector tenga una visión objetiva de sus personajes. La perfecta otra cosa se compone de siete capitulos, cada uno representando un punto de vista subjectivo sobre el drama contado. ¿ Usted diría como Jacques Lacan que lo real no existe, independientemente de cómo se percibe o cómo se concibe ?

Efectivamente, la visión objetiva es imposible. Somos víctimas de las versiones: no hay dos testigos que vean el mismo accidente. Esa libertad para interpretar los hechos, es fundamental para hacer literatura. Las generalidades no me interesan. Además, en ambos libros, hay una tentativa de oralidad sin intermediario. Me interesaba trabajar la primera persona como una caja de resonancia, donde la insatisfacción o el deseo no tuvieran filtro. Hay una voluntad confesional, como de último momento. El personaje se abre antes de desaparecer. La verdad frente al abismo.

6. Alude varias veces a la corrupción política. ¿ La Argentina de hoy no es una democracia como las otras ? ¿ Sigue siendo prisionera de sus viejos demonios ?

La corrupción politica es un vicio implícito al juego de poderes. No creo en las democracias prístinas. Y no hablo de Argentina, o Latinoamerica. Los partidos políticos son muy poco democráticos en cualquier parte del mundo. Sus financiaciones, oscuras. Los objetivos, tibios. La libertad no existe : Se siguen los intereses de la cúpula de turno.

7. Después de su terrible derrota, Adolfo se hace evangelista y Tancredo, el sacerdote, considera que Dios es su empleado. ¿ Por qué usted se mete con la religión de manera tan violenta ?

A estas alturas de la entrevista, podemos sacar la conclusión de que disparo contra todos los órganos fundamentales de la organización social: familia, estado, religión. (risas). La religión católica está basada en la crueldad y el espionaje. Castiga al diferente, condena el pensamiento individual. Hablo de la Institución, no de la figura de Cristo, un personaje de una desolación magnífica. Ninguna religión que mate en nombre de Dios merece mi respeto. Así que pienso que he sido fiel a lo que inspira: Violencia. ¡Ahí tiene pura objetividad!

8. ¿ Podría dar una pista a los lectores para ayudarlos a entender lo que es esta misteriosa « perfecta otra cosa »... ?

Por supuesto que no.




La Parfaite autre chose. Éditions de la Dernière Goutte. Traduit de l’espagnol (argentin) par Isabelle Gugnon. 15 €
La Faim de María Bernabé. Éditions de la Dernière Goutte. Traduit de l’espagnol (Argentine) par Isabelle Gugnon. Éditions de la Dernière Goutte. 18 €

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