domingo, julio 20, 2008

Con las palabras en el estómago



Diario Los Andes
Mendoza
20-07-2008



"Es una de las mejores noticias del mundo de las letras: escritora compulsiva, incorrecta y desafiante. Y algo más: es mendocina".
Mariana Guzzante - mguzzante@losandes.com

"Para su cumpleaños número diez, Fernanda García Lao recibió un regalo inesperado: pasarla en un avión. Fue en ese vuelo (“Mendoza-Madrid, sin escalas”) que la familia García Lao dejó atrás su curiosa casa de la Quinta Sección (“mezcla de estilo español y años ’60”) y esta ciudad donde habían empezado a sentir -allá por el ’76- el garfio de la dictadura. Treinta años después, la chica retiene su marca de exilio (“hablo con la ‘z’ española, ¿oyes?”), pero introduce el recuerdo a la manera mestiza: “Mi vida se podría entender por zancadas: infancia mendocina, adolescencia madrileña, etapa Buenos Aires, idas y venidas pa’ aquí y pa’ allá”. Eso sí, ha sabido convertir en virtud ese “permanente circular” y su desnorte. Lo que hay que saber, de entrada, es que Fernanda es una de las escritoras más fascinantes que hay en el país. ¿Mendocina? Sí, nació acá, pero eso es lo de menos. Trae en su cabeza toda la movida callejera y dark que Madrid desbordó en los ’80, una formación ecléctica que atravesó la danza, la actuación y el periodismo, y una capacidad de autogestión casi kamikaze. “Sí, lo de la autogestión me pegó mal”, ríe, pero me gusta el hecho de escribir, actuar, musicalizar y producir...” Es algo que, en relación con el teatro, le sale de manera natural. De allí que en “La amante de Baudelaire”, esa obra con la que acaba de girar por América Latina, a más de escritora y protagonista, sale a cantar: “Son versiones de los poemas de ‘Las flores del mal’...” dice como si nada. Revisemos el prontuario: dramaturga-novelista-actriz- escritora de columnas semanales donde exhuma a las mujeres olvidadas por la historia; tiene dos hijas y está de novia con un músico de rock. Perfecta combinación: hija de un periodista íntegro y una poeta ibérica, su ADN contiene lo necesario para ser “un peligro”: inteligencia, desborde y pasión. Crear, saber, partir ¿Cómo? “A los 20 volví de España a Mendoza con un peinado a lo The Cure, así que el clima no me sentó muy bien...”, ironiza Fernanda. “Una vez en Buenos Aires, estudié en la escuela de Norman Briski”. ¿Y cómo te fue? “¡De lo mejor!, la experiencia fue corta pero súper intensa; Briski no te permitía la superficialidad porque enseguida, salvajemente, encontraba tu herida... Igual, él me decía que yo no podía actuar porque ya era un personaje construido, que estaba más cerca de una Laurie Anderson que de una actriz”. De modo que, tras experimentar con el monólogo y el mini relato, pegó la vuelta para España, esta vez con una hijita. ¿Por? “Es difícil de resumir: yo veía que la Argentina estaba como al borde de un abismo; me molestaba, quizá, que aquí la gente no se relacionara de igual a igual, que existiera como un karma muy clasista, muy machista, y que se preocuparán tanto por... - busca la frase- travestirse de otros”. Aún así, de aquí partió con cierto efecto: “la introspección desafiante, ¿quién soy?, ¿qué hacer?”, y volvió para convencerse de que, millas más millas menos, era argentina hasta la médula. “Traje toda esa información/desinformación/deformación acerca de lo que había encontrado ya, como persona”.

La nota completá, acá:
Fernanda García Lao: Con las palabras en el estómago

Foto: Juana Ghersa

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