Me salen tareas hasta por las orejas. Tengo tanto que hacer, que no hago nada. Se me han acumulado suciedades y hojas secas. Estoy criando mosquitos peligrosos en mi antigua condición burguesa. La elasticidad de la clase media ya no corre para mí. Por fin he conseguido ser una mujer superada. No me queda más remedio que sentarme a contemplar cómo crece mi costado literario. La otra opción sería limpiar, planchar o volverme loca.
FGL