viernes, abril 09, 2010

Di Benedetto

"Yo era un tenaz fumador. Una noche quedé dormido con un tabaco en la boca. Desperté con miedo de despertar. Parece que lo sabía: me había nacido un ala de murciélago. Con repugnancia, en la oscuridad busqué mi cuchillo mayor. Me la corté. Caída, a la luz del día, era una mujer morena y yo decía que la amaba. Me llevaron a prisión".
Zama

3 comentarios:

  1. Y yo una noche tuve que terminar Muerta de Hambre. Porque el libro decidió eso.
    La gran farsa. Me quise quedar entre Emilio y la carne enorme que no es. Y entre las gemelas de caca.
    Pero no. Dejás al lector con sed, con hambre, con ganas de una inspiración por la boca que no llega.
    Me enojé antes del final y después me reí.
    Qué bien trabajás la ansiedad.
    Te agradezco, te felicito.
    Yael

    ResponderBorrar
  2. Muchas gracias, Yael. Hermosa devolución de lectora inspirada.
    Así da gusto.

    ResponderBorrar
  3. El placer todo mío.
    Un abrazo.
    Yael

    ResponderBorrar

Teoría del tacto, reseña en Cuadernos Hispanoamericanos

UNA VUELTA AL MUNDO Mayo 1, 2024 POR DANIELA TARAZONA Cuando leemos Teoría del tacto, de Fernanda García Lao, somos testigos de la cons...